El redoble de tambores la envolvió. Su cara enrojecida de verguenza era apaciguada por el orgullo; así era ella (o será que así es), Aurora es todos nosotros, pero no es nadie y oculta en la muchedumbre ella vivió y gozó, pero también sintió el desprecio y la envidia y la muerte...
Creo que tenía un punto, entre tanta verborrea de Aurora. Tenía un punto de que era lo que iba a escribir hoy, pero parece ser que desvarié.
Hoy vi a una señora y un señor peleando en la calle, discutiendo, agradiéndose por si no les quedó claro; me dio mucha tristeza y padre solo lanzó una oración al respecto: "los restos de la sociedad" y pensé, sí, los restos, el rezago y el lastre que nunca hemos querido ver y siempre hemos querido hacer chiquito, pensar que con que nosotros podamos, todos pueden (pero son antonímos y nunca sinónimos). Yo en lo pesonal espero que la señora se haya decidido y se vaya para tener una mejor vida, nunca una peor.